Pericia concluye que su debilidad es la ansiedad y la necesidad de reafirmación.

¡Soy inocente y confío en Dios! Esta es la frase que, en su defensa, ha pronunciado una y otra vez el suspendido presidente regional de Áncash, César Álvarez Aguilar, hoy procesado por los casos Nolasco y La Centralita y recluido en el penal Piedras Gordas I de Ancón.

Pero, un examen sicológico policial concluye que la autoridad que gobernó Áncash es, nada menos que, una persona fría y calculadora y que tiene por debilidad la necesidad de reafirmación.

Según la pericia, Álvarez es “calculador, ambicioso y soberbio, además de “egocéntrico y autoritario”. Tan autoritario y egocéntrico que presenta una permanente necesidad de reafirmación y al mismo tiempo tiene grandes niveles de ansiedad.

En la investigación al estado sicológico realizada a Álvarez, y cuyos resultados difundió hoy el canal Frecuencia Latina, Álvarez habría reconocido que le fue infiel a su esposa, Milagros Asían Barahona. Esta pericia es considerada una prueba válida y podría hundir o salvar a Álvarez, según los determinen las autoridades administradoras de justicia.

RESENTIDO

Por su lado, según la Policía, el sicario y confeso autor material del crimen de Ezequiel Nolasco, Christian Pereda, (a) “Colombiano” (23), presenta rasgos psicopáticos y carece de remordimientos, conforme su perfil sicológico. Además presenta un alto grado de resentimiento y fue testigo del suicidio de su padre.

(Deivis Castro)

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